Posibles Problemas con tu vino después de la fermentación, consejos, solución y cómo evitarlos.

El viaje del vino, desde la viña hasta la copa, está lleno de matices y detalles intrincados. Cada etapa en el proceso de vinificación presenta sus propios retos y oportunidades. Mientras que la fermentación es a menudo vista como el corazón de la vinificación, la fase de post-fermentación es igualmente crítica y puede presentar una serie de desafíos a los que los vinicultores deben enfrentarse.

La post-fermentación no solo moldea el sabor y el aroma de tu vino, sino que también puede marcar la diferencia entre un vino de buena calidad y un vino excepcional. Desde la eliminación de impurezas y el manejo de sedimentos, hasta el envejecimiento y el embotellado, cada paso post-fermentación tiene el potencial de mejorar – o comprometer – la calidad final de tu vino.

En este artículo, exploraremos en profundidad los desafíos más comunes que se pueden presentar durante la post-fermentación y proporcionaremos estrategias y consejos para superarlos. De esta manera, podrás continuar perfeccionando tus habilidades en la vinificación y producir vinos que sean verdaderamente dignos de celebración. ¡Acompáñanos en este viaje de sabor, ciencia y descubrimiento!

¿Cuáles son los problemas después de la fermentación?

Posibles Problemas después de la Fermentación

Como en el anterior artículo, vamos a ver cuales son los posibles problemas que surgen después de la fermentación, como solucionarlos o como evitar que tengamos esos problemas.

Problemas con el Deslío en los vinos: El Deslío Prematuro

Uno de los primeros desafíos que puedes encontrar en la post-fermentación es realizar el deslío demasiado pronto. Al hacerlo, corres el riesgo de que los gases resultantes de la fermentación o el calor residual que aún puede estar presente provoquen que las lías (levaduras muertas) se mantengan en suspensión. Si esto ocurre, es posible que debas realizar un nuevo deslío.

Para evitar este problema, una estrategia efectiva sería aplicar frío al depósito de almacenamiento si tienes la posibilidad de hacerlo. Esta acción ayudará a precipitar las lías, facilitando su remoción y asegurando un deslío efectivo. Es un paso sencillo que puede tener un impacto significativo en la claridad y pureza de tu vino.

Problema de Contaminación y la Oxidación en vinos.

Otro problema que puede surgir en cada una de las etapas posteriores a la fermentación son las contaminaciones y oxidaciones. Mantener la higiene y la limpieza es crucial para evitar estos problemas. Los utensilios y equipos utilizados, como mangueras, bombas y depósitos, deben estar siempre impecables. Una práctica recomendable es hacer un último enjuague con metabisulfito para asegurar una desinfección completa.

Además, es fundamental prestar atención a uno de los enemigos más grandes del vino: el oxígeno. Aunque es un componente esencial en ciertas etapas de la vinificación, una exposición excesiva al oxígeno puede oxidar el vino, afectando su sabor, aroma y color. Para prevenir la oxidación, los trasiegos deben realizarse con el mayor cuidado posible, minimizando la exposición al oxígeno. Esto puede lograrse manteniendo los depósitos siempre llenos o, si no es posible, utilizando nitrógeno para desplazar el oxígeno presente en los tanques de almacenamiento.

Problemas en las Barricas

Otro desafío importante en la elaboración del vino se relaciona con el uso de barricas para su almacenamiento y envejecimiento. Dado que las barricas están hechas de madera, un material poroso, pueden ser difíciles de limpiar adecuadamente. Además, si las barricas no se han guardado en condiciones óptimas, pueden desarrollar problemas que afectan la calidad del vino.

Para asegurarte de que tus barricas estén limpias y listas para su uso, puedes considerar la limpieza con vapor o agua a presión. Estos métodos pueden ayudar a desalojar los residuos que podrían haber quedado atrapados en los poros de la madera.

Posteriormente, se recomienda el uso de pajuelas para «quemar» las barricas por dentro. Este proceso, conocido como «ahumado», puede ayudar a eliminar las bacterias y otros microorganismos potencialmente dañinos. Sin embargo, este proceso debe realizarse con mucho cuidado y en un lugar bien ventilado, ya que los gases resultantes pueden ser tóxicos para los humanos.

¿Cuáles son los principales problemas que pueden surgir en las barricas?

Al llenar la barrica con vino, también es importante tener en cuenta que puede haber dióxido de azufre en forma gaseosa dentro del recipiente, que también puede ser tóxico para nosotros. Por lo tanto, siempre asegúrate de tomar las precauciones necesarias al manipular barricas y vino para garantizar un entorno de elaboración seguro.

Otra medida preventiva es asegurarte de que la manguera que transporta el vino al recipiente final esté en el fondo del recipiente o depósito. Esto evitará que el vino salpique durante el trasiego, lo que puede introducir más oxígeno. Al seguir estas prácticas, puedes preservar la integridad de tu vino y evitar la oxidación no deseada.

Problemas de precipitados en el vino

Uno de los desafíos que puedes encontrar en la elaboración de vino es el manejo incorrecto de la estabilización, que puede resultar en la formación de sedimentos en las botellas. Este fenómeno ocurre cuando las moléculas de proteínas en el vino precipitan porque el vino no es estable. Aunque estos sedimentos no son perjudiciales, pueden afectar la apariencia y la percepción del vino.

Un problema similar puede surgir si no se realiza correctamente la estabilización tartárica. Esta estabilización es necesaria para evitar la formación de cristales de bitartrato, que pueden parecer pequeños cristales de sal en el fondo de la botella. Nuevamente, estos cristales no son dañinos, pero pueden ser poco estéticos y pueden sorprender a los bebedores de vino que no están familiarizados con ellos. Esta precipitación de bitartrato es más probable que ocurra cuando las botellas de vino se refrigeran, ya que los cristales se vuelven más inestables a bajas temperaturas.

Para mitigar estos problemas, puedes utilizar productos como la carboximetilcelulosa (CMC). La CMC son moléculas que se unen a los cristales de bitartrato, evitando su precipitación incluso cuando se baja la temperatura del vino. Este producto está disponible en la mayoría de los proveedores comerciales de productos para la elaboración del vino y puede ser una valiosa adición a tu proceso de elaboración para garantizar la estabilidad y la apariencia atractiva de tu vino.