¿Qué sigue después de la fermentación del vino?

La fabricación de vino es un proceso que requiere tiempo, paciencia y un poco de conocimiento de la ciencia detrás de la fermentación. Después de que el vino ha fermentado, hay una serie de pasos importantes que deben seguirse para asegurar que el vino sea de la más alta calidad. Aquí te proporcionamos una guía paso a paso, con consejos de expertos, sobre qué hacer después de que tu vino haya fermentado.

¿Qué hacer con el vino después de la fermentación?

Si te estás aventurando en la elaboración de vino por primera vez, seguramente te preguntas qué pasos debes seguir una vez que el vino ha fermentado. Aquí te ofrezco una guía para ayudarte en este proceso.

Primer paso: Prueba y analiza el vino

Puede parecer un paso sencillo, y ciertamente emocionante si es la primera vez que vas a degustar tu propio vino. Sin embargo, es importante tener en cuenta varios parámetros al hacerlo.

Idealmente, deberías realizar un análisis de tu vino, midiendo el pH, la acidez total, el contenido de alcohol y el azúcar residual. Si esto no es posible, puedes usar un refractómetro o un densímetro. En el caso de la densidad, un valor cercano a 992 indica que la fermentación ha finalizado. Si estás utilizando un refractómetro, deberías buscar un valor de 0 grados Baume para confirmar el fin de la fermentación.

Prueba y degusta tu vino tras la fermentación

Si no tienes acceso a ninguna de estas herramientas, la cata del vino puede ser tu guía. Si el vino sabe seco, es probable que la fermentación haya concluido. Consejo: no te fíes exclusivamente del sabor para determinar si la fermentación ha terminado. Un vino puede saber «seco», pero aun así tener azúcares sin fermentar.

Segundo paso: Trasiego

Ahora bien, es crucial considerar si estás trabajando con vino blanco o tinto, ya que el procedimiento varía en cada caso.

Para el vino tinto:

Si estás elaborando vino tinto y aún no has extraído las pieles, deberías prensarlas. Si ya las has prensado, el siguiente paso es realizar la fermentación maloláctica. Este proceso es esencial en la elaboración de vinos tintos y afecta directamente su sabor y textura. La fermentación maloláctica ocurre de manera espontánea, siempre y cuando las condiciones de temperatura sean adecuadas (entre 20 y 23 grados).

Durante este proceso, una serie de bacterias convierten el ácido málico en ácido láctico, suavizando por completo la acidez del vino. Una vez finalizada la fermentación maloláctica, debes proceder con los pasos correspondientes al vino blanco.

Para el vino blanco:

Una vez que la fermentación haya terminado y hayas probado tu vino blanco, debes seguir los siguientes pasos:

  • Primer trasiego: Tras la fermentación, debes realizar un primer trasiego para eliminar las lías. Con el paso de los días (aproximadamente 30-40), la levadura y demás sedimentos se asentarán en el fondo de tu recipiente debido a la gravedad. Con la ayuda de una bomba, debes extraer el vino de la parte superior del recipiente, evitando los sedimentos que se han depositado en el fondo.

Consejo: Si puedes añadir un proceso de filtrado con un papel de poro amplio, será muy beneficioso.

Después del trasiego, debes decidir si quieres envejecer tu vino, lo que implicará introducirlo en una barrica o no. Esta decisión dependerá de si deseas un vino con crianza.

Posteriormente, independientemente de si decides envejecer el vino o no, deberás estabilizarlo a nivel proteico. Aunque este paso no es obligatorio, es altamente recomendable. Para ello, necesitarás gelatina y bentonita.

Después del trasiego, es posible que aún queden impurezas suspendidas en el vino. Para eliminar estas impurezas y obtener un vino más claro, puedes utilizar agentes clarificantes en un proceso conocido como clarificación. Una vez clarificado el vino, es importante estabilizarlo. La estabilización evita la formación de cristales de tartrato de potasio en el vino embotellado y también previene la fermentación secundaria tras el embotellado.

Consejo de Experto: Recuerda que no todos los vinos necesitan ser clarificados. Algunos vinos, especialmente los tintos, pueden beneficiarse de un tiempo extra en contacto con las impurezas para aumentar su complejidad.

Último paso, pero no el menos importante: Embotellado

El proceso final en la elaboración del vino es el embotellado. Aunque no es obligatorio, primero podrías considerar filtrar el vino. Esta etapa garantiza un vino sin precipitaciones y mejora su brillantez. Mi recomendación es utilizar un filtro de placas de papel con un poro cerrado para este propósito.

Una vez que el vino está filtrado, deberías considerar la etapa de embotellado. Antes de embotellar, es conveniente sulfitar el vino, aunque este paso tampoco es obligatorio. En caso de que decidas hacerlo, podrías añadir 2-3 gramos por hectolitro.

El último paso tras la fermentación del vino, el embotellado

Por último, es esencial recordar que la botella, el corcho, la etiqueta y la caja son la imagen pública del vino. Incluso, a la hora de comprar, la presentación puede representar el 80% de la importancia si los consumidores no conocen previamente tu vino. Por lo tanto, invertir en un packaging de calidad es de suma importancia. Desde Sumivin, podemos ofrecerte todas las opciones y asesorarte en este proceso.

Consejo de Experto: Considera la posibilidad de invertir en una máquina de embotellado para asegurar un sellado hermético y garantizar una mayor longevidad de tu vino.

Recuerda que la elaboración de vino es tanto un arte como una ciencia. Requiere tiempo, paciencia y algo de experimentación para perfeccionar tus habilidades. No te desesperes si no obtienes el sabor exacto que buscas en tus primeras elaboraciones. Con el tiempo y la práctica, podrás mejorar y perfeccionar tu vino. ¡Salud!