¡Bienvenidos de nuevo, apasionados del vino! Esperamos que hayan encontrado útil y esclarecedor nuestro último artículo sobre las herramientas esenciales de la vinificación y la selección de las uvas perfectas. Ahora que ya tenemos la maquinaria necesaria y hemos elegido nuestras uvas, nos adentraremos en la etapa siguiente, y sin duda la más mágica, de la producción de vino: la fermentación.
¿Cómo hacer mosto?
Tras un largo día de vendimia, finalmente disponemos de las uvas y contamos con la maquinaria necesaria preparada para elaborar nuestro propio vino. Sin embargo, antes de embarcarnos en este emocionante viaje, necesitamos obtener el mosto, también conocido como zumo de uva.
Para esto, introduciremos las uvas en nuestra despalilladora-estrujadora. Aquí lo que conseguimos es separar la parte herbácea del racimo, también conocida como raspón, de la uva. Si tu maquinaria incluye una estrujadora, esta facilitará la rotura de la uva. Es importante eliminar el raspón de la uva ya que, al hacerlo, evitamos las sustancias astringentes y posibles sabores herbáceos indeseados.
A partir de aquí, los pasos a seguir dependerán de si vas a elaborar vino blanco o tinto:
- Para los vinos tintos: añadiremos esa mezcla de uva y mosto al depósito para pasar a la siguiente etapa: la fermentación.
- En el caso de los vinos blancos: añadiremos la mezcla a nuestra prensa y prensaremos para obtener el mosto.
Un paso adicional, aunque no obligatorio, es la adición de metabisulfito. Si tu objetivo es elaborar un vino totalmente natural, puedes prescindir de este paso. Pero si no es el caso, puedes añadir metabisulfito en dosis de 6 gr/hl de vino o por 100 kg de uva, si lo vas a incorporar directamente en la prensa. Para ello, diluye los 6 gramos de metabisulfito en 60 ml de agua (dosis 1:10) y añádelo a la prensa.
El uso correcto de metabisulfito permite obtener vinos menos oxidados, con mejor color y aroma, y una menor acidez volátil, gracias a su efecto como antioxidante, ya que posee propiedades reductoras que acaparan oxígeno e impiden la aparición de notas oxidativas.
Con el mosto ya preparado, avanzamos al siguiente y emocionante paso en la elaboración de vino: la fermentación.
¿Cómo se fermenta la uva para hacer vino?
Para responder esta pregunta primero debemos conocer que es la Fermentación:
La fermentación hace referencia a la fase del proceso de vinificación en la que el mosto se transforma en vino. Es una fase crucial durante la que se debe cuidar cada detalle, con el fin de obtener los mejores matices, encargados de alegrar los paladares que disfrutarán de los futuros vinos.
Ahora que ya sabemos que es la fermentación vamos a responder a la tan ansiada pregunta.
Primero que todo, entendamos lo fundamental: la fermentación alcohólica. Este proceso es el responsable de convertir los azúcares de la uva en alcohol.
Nuestro mosto, rico en azúcares, será transformado por las levaduras en alcohol y CO2 entre otros productos. Conocemos ya el mecanismo, pero es probable que aún tengas muchas preguntas en mente. Aquí, en Sumivin, estamos listos para responder a todas esas cuestiones. Veamos algunas de las más frecuentes:
¿Puedo fermentar el vino sin añadir levaduras?
Sí, es posible. Las levaduras autóctonas están presentes en las pieles de las uvas en el viñedo, donde las condiciones ambientales son muy distintas a las del mosto. Por ende, no sería necesario añadir más levaduras. Sin embargo, mi recomendación es que uses levaduras comerciales, diseñadas específicamente para facilitar una fermentación óptima y así evitar problemas futuros.
¿Se necesitan nutrientes de levaduras para fermentación de vinos?
Aquí no puedo ofrecerte una respuesta tan clara como en el caso anterior. Esto dependerá de cuán ricos sean tus mostos en nutrientes. Si puedes medirlo, deberías analizar el NFA (Nitrógeno Fácilmente Asimilable) de tu mosto, que es esencialmente el alimento que las levaduras necesitan para la fermentación.
¿Cómo se fermenta la uva para hacer vino?
El proceso implica despalillar las uvas y, según si deseas hacer vino tinto o blanco, llevarlas al depósito para iniciar la fermentación (tinto) o prensarlas para luego llevarlas al depósito (blanco). En este punto, puedes decidir si añadir levaduras adicionales o no, como ya he explicado.
¿Cuánto tiempo tarda en fermentar la uva? ¿Cuánto tarda en fermentar el vino por si solo? ¿Cuánto tarda el mosto en fermentar?
La respuesta a todas estas preguntas varía según si tu mosto está refrigerado o no. Las levaduras trabajan a diferentes velocidades dependiendo de la temperatura del mosto. En condiciones normales, a unos 14 grados, la fermentación tarda entre 10 y 15 días. Si tu mosto no está refrigerado, la fermentación durará aproximadamente de 3 a 8 días.
¿Cuánto tiempo se deja fermentar el vino casero?
Suponiendo que haces vino casero y que no lo tienes refrigerado, deberías dejarlo fermentar durante unos 10 días para asegurarte de que la fermentación ha concluido.
¿Qué tipo de levadura se utiliza para hacer vino?
La levadura Saccharomyces cerevisiae es comúnmente usada para la fermentación del vino. Aunque no es muy abundante en la uva, es prácticamente la única especie fermentativa. Para usarla, deberás activarla mediante hidratación en agua templada durante al menos 30 minutos y añadirle algunos nutrientes. Una vez activadas, las levaduras se añadirán a una parte del mosto (un 5% del total) para formar lo que se conoce como «pie de cuba». Tras iniciar la fermentación, este mosto se añade al total.
¿Cuánto tiempo se tarda en hacer un vino?
Esto dependerá del tipo de vino que desees elaborar, pero la fermentación normalmente dura entre 10 y 15 días. Después, debes dejar reposar el vino durante aproximadamente 30-40 días para que las levaduras se asienten y puedas filtrar el vino. Luego, ya estaría listo para ser degustado. En total, el proceso toma cerca de 2 meses.
¿Cuál es la temperatura ideal para fermentar el vino?
En el caso del vino blanco la temperatura ideal es de 12-14 grados centígrados, esto hará de que la fermentación dure sobre unos 15 días, pero así realizamos una fermentación más lenta y así ayudarás a que tu vino sea más aromático. Y en cuanto a los vinos tintos la temperatura ideal de fermentación sea de 15-18 grados centígrados, para una mejor fermentación.
Estas son algunas de las preguntas más comunes que nos hacéis, pero si tienes alguna otra duda siempre puedes enviarla a nuestro correo o bien contactarnos directamente a través de nuestras redes sociales.